Los 11 errores más comunes en el teletrabajo

A casi 3 años de la masiva implementación del trabajo remoto y con motivo del cierre de este año, queremos compartir los errores más comunes en el teletrabajo.

De algunos de ellos hemos aprendido, pero muchos otros los seguimos cometiendo.

¿Te atreves a descubrirlos? ¡Sigue leyendo este post!

Los errores que comenten los empleados en el teletrabajo

Trabajar más horas: a menudo los trabajadores remoto sienten que, al no estar en la oficina, tienen que producir más. Lo cierto es que te acabarás quemando y nadie te lo va a reconocer ni pagar. Ten claro cuál es tu jornada laboral y cumple con ella. Mentalízate que el trabajo a distancia no es un privilegio, sino otra forma de trabajo.

Carecer de tu propio espacio de trabajo: tienes que ser responsable. Si solicitas a tu empresa teletrabajar es porque tienes un espacio adecuado desde dónde hacerlo. Una cosa es que un día puntual tengas obras en casa y otra cosa es que vivas en un piso compartido con 5 Erasmus.

Si tu situación cambia o si es la empresa la que te ofrece trabajar a distancia, no hace falta que entres en detalles personales. Puedes acordar un modelo híbrido.

Falta de interacción con compañeros y superiores: ni un exceso de reuniones que no te dejan avanzar, ni tampoco aislarte. En el teletrabajo híbrido muchas veces sucede que los días en los que el empleado teletrabaja, el empleador no se comunica por no molestar. Eso implica no creer en el trabajo remoto. Hay que establecer un horario a efectos de comunicaciones que debe coincidir con el laboral. Fuera del cual no se puede contactar al empleado.

Respecto a los compañeros de trabajo, se debe fomentar la interacción. Pero no solo para lo laboral, también la comunicación informal. Porque seamos sinceros, si no nos esforzamos en esto, el teletrabajo nos acabará distanciando.

Comer junto al teclado: tómate tu tiempo para comer y alejar la mirada de la pantalla. Ni comidas copiosas, ni saltarte comidas. Intenta hacerlo fuera de tu espacio de trabajo para poder desconectar.

Apaga la cámara y el micro en las reuniones (sí, leíste bien): salvo entrevistas de trabajo o conversaciones de 2, en reuniones de 3 o más personas no pongas la cámara ni el sonido. Por supuesto, si vas a intervenir o a coordinar la videoconferencia, sí que es recomendable que lo hagas. Pero si la mayor parte vas a estar de oyente, no. Solo conseguirás empeorar el sonido, que se vea a alguien de tu familia pasando por detrás y para el resto del grupo es imposible prestar atención a todas las caras que salen en la cuadrícula. De hecho, eso es lo que se considera como la Fatiga de Zoom.

Entonces, ¿Cómo sabe la empresa que estoy trabajando? A través de CMS, CRM, documentos compartidos o la interacción. Pero el control en ningún caso se puede hacer por vídeo. Si no hay confianza mutua, no va a funcionar.

Saltarte la rutina: para ir a la oficina te duchas, desayunas, lees las noticias y te subes al metro. Ya sabemos que el teletrabajo tiene uniforme y se llama chándal. Pero antes de ponerte a trabajar haz algo que te aporte energía. Desde poner música, peinarte, afeitarte o tomar un café.

Los errores que comenten las empresas al aplicar el teletrabajo

Reuniones de Zoom improductivas: Jason Fried lo explicada muy con el término M&M (Managers & Meeting). En su afán por control, estos programan reuniones sin un objetivo claro y sin importar el volumen de trabajo que haya. Con lo que esto implica para las profesiones más creativas donde los ritmos de trabajo son diferentes. La gente trabaja cuando nadie les interrumpe, sin reuniones. Si a un trabajador le preguntas: ¿Dónde irías si necesitases trabajar tranquilo? Las respuestas pueden ir desde una biblioteca hasta un parque. Pero nunca una oficina. Por ello hay que abogar por medios de comunicación asincrónica como e-mails, más que reuniones.

Menores posibilidades de promoción: según un estudio de Kahoot! (Workplace Culture Report), los trabajadores presenciales tienen un 61% más de posibilidades de obtener un ascenso que quienes trabajan a distancia. Esto puede dañar gravemente la moral de los remoters, desmotivarlosy limitar su carrera profesional.

No proporcionar asistencia técnica: la empresa tiene que poder brindar todas las herramientas técnicas que necesite el trabajador (hardware y software). Pero, muchas veces, nos olvidamos de algo más importante: el soporte técnico. Si el empleado no puede conectarse a la red, si se desactualiza algún programa y necesita volver a instalarse, malware, se cae la web y una infinidad de problemas que podrían suceder; le corresponde a la organización y no al empleado.

Proceso de onbording: comenzar un nuevo empleo es, sin lugar a dudas, la parte más compleja de la vida laboral de un empleado. Si es en remoto, las empresas tendrán que hacer un sobre esfuerzo por ser lo más humanas posible. De lo contrario, sucederá lo que comentaremos en el siguiente titular.

Cuando la incorporación se realiza de forma adecuada, para la empresa suele implicar gastos de formación, contratación, tiempo e incluso asignarle a alguien que le acompañe durante ese período. Muchas organizaciones creen que esto es solo cosa del primer día. Se presenta a los compañeros, se le muestra las instalaciones, una taza de regalo y una foto para página de”Quienes somos”. Lo cierto es que no se puede dar por finalizado y cerrado un proceso de onbording completo antes de los 3 meses. Aunque lógicamente, el trabajador será más autónomo y productivo a medida que pasen las semanas.

A muchos empresarios quizás les parezca excesivo un trimestre. Pero, ¿cuánto es 3 meses en toda una vida laboral? Casi nada. Claro que, planteado en un contrato temporal de diciembre a febrero, es mucho. Quizás haya que cuestionar la verdadera viabilidad de los contratos temporales. Porque del proceso de incorporación no se puede prescindir.

Falta de tutorización: asumir que el empleado lo sabe todo. Esto sucede sobre todo con puestos cualificados. Siempre debe haber alguien a quien este pueda consultar o formación que pueda brindar la empresa. Además, se deben establecer objetivos (claros y alcanzables) para qué la persona que trabaja a distancia pueda saber qué es lo que se espera de él en x plazo y organizar su trabajo para su consecución.

Kahoot! - Workplace Culture Report
Kahoot! – Workplace Culture Report

Error de principiantes: la generación perdida de las organizaciones

En relación con los 2 puntos anteriores, según una investigación de Innovisor, las personas que se incorporaron a las empresas durante los primeros 6 meses del confinamiento estricto, están menos integradas a las redes informales de la empresa. Pero, lo más llamativo de este estudio es que las incorporaciones en remoto que se dieron pasados esos 6 meses, es decir, aún llevando menos tiempo, están más integrados en la organización. Recordemos que estas redes informales son por las que los empleados resuelven dudas, problemas y se distienden.

Esto sucedió porque, en un principio, las organizaciones hicieron un copy + paste de su modelo de trabajo presencial y lo aplicaron al remoto. A través de la experiencia y el aprendizaje, las empresas empezaron a adaptar esos procesos de incorporación al trabajo a distancia.

Esta mala práctica puede generar menor implicación por parte del empleado, rotación de personal e incluso puede hacer que estas personas se sientan aisladas.

Para solucionarlo no hay nada mejor que reconocer esos errores al aplicar el teletrabajo y “compensar” a los empleados afectados por el bad landing.

Una forma es facilitar la comunicación del empleado con el resto del equipo, no solo orientada a la consecución de objetivos, también al bienestar. Por último, el establecer “tutores” es una manera de que los empleados en remoto siempre estén en contacto entre sí.

¿Te sientes identificado en alguno de estos errores comunes del teletrabajo? Ya puedes ponerte manos a la obra para remediarlo o agendar una consultoría sobre modelos de trabajo remotos en belen@teletrabajamos.es